martes , 23 abril 2024

La historia real sobre la vacuna de la viruela – el estado, eugenesia y vacunación – Parte 4

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Extractado del libro Desvaneciendo Ilusiones de Suzanne Humphries, Roman Bystrianyck https://dissolvingillusions.com/

Ir a Parte 1: La historia real sobre la vacuna de la viruela

Ir a Parte 2: Vacuna de la Viruela, vacunas contaminadas…

Ir a Parte 3: La historia real sobre la vacuna de la viruela 1ra. manifestación en 1885 – Parte 3

A mediados del siglo XIX y principios del siglo XX, la defensa de la vacunación por parte del Estado como único medio de controlar la viruela estaba firmemente arraigada. Como se veía en Inglaterra a finales del siglo XIX, a pesar del convencimiento de los padres de que la vacuna había sido causa de enfermedad o muerte de un hijo y a pesar de las opiniones médicas opuestas, gobiernos y tribunales estaban unidos en su decisión de que había que obligar a las personas a vacunarse. Se establecieron multas, embargos y penas de cárcel para obligar a la población a cumplir una ley basada en el paradigma médico dominante. Se castigaba a los que no se vacunaban.

Inglaterra, agosto de 1869:

En agosto (de 1869), la señora Anne Sipple fue condenada a seis días de trabajos forzados, una pena ilegal, y confinada en una celda de piedra con un bebé de dieciocho meses, se privó a este de zapatos y calcetines, y a ambos se les impuso una dieta de solo pan y agua.1

Atlanta (Georgia), 17 de diciembre de 1897:

El Condado de Calhoun ha impuesto hoy a la señora L. Miller, una modista del 91 de Crew Street, una multa de 25,75 [dólares; unos 680 dólares de 2009] por negarse a que la vacunaran. No pudo pagar esa cantidad, y fue condenada a 25 días de cárcel. Después de tres horas en la cárcel municipal, la señorita Miller dijo que dejaría que su médico de familia la vacunara. Fue vacunada y excarcelada.2

Boston (Massachusetts), 26 de enero de 1902:

Para erradicar la viruela, una enfermedad casi epidémica en este lugar, el Consejo de Sanidad ha iniciado hoy la vacunación obligatoria. El programa comenzó en Boston Este, donde 125 cirujanos, cada uno acompañado de un policía, revisaron casa por casa para vacunar a todos los que no lo habían hecho recientemente. Quienes se negaban a que les vacunaran eran llevados ante la justicia.3

Asheville, Carolina del Norte, 18 de marzo de 1903:

El profesor A. T. Weaver, director de una importante institución educativa,ha sido encarcelado por negarse a ser vacunado y por negarse también a pagar una multa de 25 dólares por la misma razón. La vacunación fue ordenada como precaución contra la viruela. El profesor Weaver, dicen, puede emprender acciones judiciales contra las autoridades y llevar su caso ante el Tribunal Supremo de Carolina del Norte.4

El Estado, con su orden que obligaba a vacunarse, despreciaba la decisión y la libertad personales. Donde se encontraba con oposición, la policía acompañaba a veces al personal de sanidad y empleaba la mano dura para conseguir el objetivo de que la gente se vacunara.

Passaic (Nueva Jersey), 11 de abril de 1901:

Esta tarde, la American Tobacco Company ha vivido momentos de mucha tensión, cuando 350 empleadas se negaron a que las vacunaran los médicos enviados por las autoridades sanitarias… Cuando los funcionarios entraron en la fábrica, informaron a las jóvenes que se debían vacunar todas. Algunas se desvanecieron, otras se pusieron histéricas, y hubo una rebelión general. Unas 200 de ellas, encabezadas por Florence Haskell, intentaron salir de la fábrica, pero se encontraron con todas las puertas cerradas. Se llamó a la policía y empezaron las vacunaciones. Algunas muchachas se enfrentaron a los policías y fueron llevadas al médico gritando, forcejeando y pataleando.
Hubo un gran alboroto y se interrumpieron todos los trabajos. En cierto momento, las chicas amenazaron con destruir la fábrica si no las dejaban salir, pero al final todas fueron vacunadas.5

Lead (Dakota del Sur), 24 de abril de 1902:

Anoche hubo cierto revuelo en esta ciudad y en Deadwood, cuando varios cientos de mineros fueron obligados a vacunarse. Se habían producido tantos casos de viruela en ambas ciudades que se dictó una orden que imponía la vacunación obligatoria. La noche pasada, el sheriff, cuatro concejales y cuatro policías acompañaron el Médico Municipal y cuatro ayudantes en una ronda por los salones, cines y tugurios de juego… Hubo algunas peleas, pero los mineros fueron intimidados… Al principio estaban dispuestos a plantar cara, pero al final las cosas se calmaron, aunque parece que a última hora de la noche hubo algunos disturbios.6

Montreal (Canadá), 28 de septiembre de 1885:

La publicación en el Boletín Oficial de la disposición aprobada por el Consejo Provincial de Sanidad y por la que se establece la vacunación obligatoria aumentó la tensión entre los canadienses franceses, y esta mañana se han producido disturbios en la zona oriental y la multitud, antes de dispersarse, rompió muchas ventanas de la Oficina de Salud de la Zona Este… entretanto habían llegado unos 50 policías y dispersaron a los manifestantes, pero estos se concentraron de nuevo en el Campo de Marte, donde se produjeron graves enfrentamientos, pero los alborotadores, cuando los dispersaban de un lugar, enseguida se juntaban en otro y volvían a lanzar piedras, y hubo varios policías heridos… la multitud regresó a casa del doctor Laporte, vacunador público, y la incendió… los alborotadores se dirigieron de nuevo a la Oficina de Sanidad de la Zona Este, y redujeron con facilidad a los dos policías que estaban de guardia. Destrozaron toda la fachada de la oficina, sacaron a la calle todos los carteles de la viruela y el sulfuro para desinfectar las casas, lo amontonaron todo en la calle y le prendieron fuego… Después, la policía cargó contra la multitud y la llevó fuera de los límites de la ciudad.
Se emplearon con determinación las porras, que provocaron heridas graves en la cabeza de muchos manifestantes.7

Ninguna profesión quedó exenta de las tiránicas normas legales. Un juez, en una sentencia que obligaba a vacunarse a un maestro, afirmó que todo maestro era en esencia esclavo del Consejo de Educación y, por consiguiente, no tenía derecho a oponerse.

Filadelfia (Pensilvania), 14 de noviembre de 1901:

Los defensores de la vacunación obligatoria han ganado hoy una batalla con la decisión del juez Arnold de rechazar el requerimiento de la señorita Mary Helen Lyndall del Instituto Femenino contra el Consejo de Educación, que la expulsó del centro por negarse a cumplir su orden de obtener el certificado de haberse vacunado en los últimos cinco años o, de lo contrario, la obligaba a vacunarse. Además de rechazar el requerimiento, el juez advierte contra la insubordinación con su declaración de que la relación de los maestros con el Consejo de Educación es la del criado con el amo.8

Una manera de forzar a vacunarse era obligar a todos los niños en edad escolar a asistir a la escuela y después exigirles que se vacunaran. Los padres que dejaban a sus hijos en casa para impedir que les vacunaran, eran multados o encarcelados.

Derby (Connecticut), 26 de abril de 1902:

Por decidir oponerse como último recurso a la vacunación obligatoria de sus hijos, John McGuigan, residente en esta ciudad, ha recibido cartas de todas partes del país, muchas de ellas con el ofrecimiento de ayuda, pecuniaria y de otros tipos. Se informó al señor McGuigan de que debía vacunar a sus dos hijos. Se negó alegando que uno de ellos, por una vacunación anterior, había sufrido graves complicaciones. Las normas escolares prohibían la presencia de niños no vacunados, y el señor McGuigan dejó a los niños en casa. Fue detenido por presunto incumplimiento de una ley que disponía la adecuada escolarización de los niños, y la policía le impuso una multa. Apeló al Tribunal Supremo, y el caso está a la espera de juicio.9

Las experiencias personales de la ineficacia de la vacuna o de graves daños debidos a ella, no detuvieron al Estado en su decisión de imponer unos métodos opresores.

Passaic (Nueva Jersey), 8 de marzo de 1912:

George Michels, Comisionado de Sanidad de esta ciudad, será procesado mañana por el tribunal policial por un cargo técnico de conducta desordenada. La denuncia procede del Consejo de Educación, que acusa al señor Michels de negarse a permitir que su hija, Dorothy, en edad escolar, sea vacunada. El señor Michels ha sido arrestado hoy. «Prefiero mudarme de Estado a tener que vacunar a mi hija», dijo hoy el señor Michels. «Mi padre murió de viruela después de haber sido vacunado, y mi hermana quedó lisiada por culpa de la vacuna, y hay muchos casos registrados en la ciudad y fuera de ella de grandes daños e incluso muertes debidos a la vacunación».
Hace dos semanas, la escuela mandó a su casa a Dorothy Michels porque no estaba vacunada. Tiene 11 años.10

Hammonton (Nueva Jersey), 9 de noviembre de 1922:

El Consejo de Educación del Estado ha desestimado el recurso de James Adams, Luke Bales y George Ware del municipio de Berlin, en que solicitaban que se anulara la decisión del Comisionado de Educación del Estado de que los hijos de los mencionados deben ser vacunados para poder asistir a las escuelas públicas del municipio de Berlin. En marzo pasado, se negó el ingreso de esos niños en las escuelas de Berlin porque no estaban vacunados.
Los padres fueron arrestados y multados con 10 dólares y las costas, y la sentencia fue aplazada con la esperanza de que reconsideraran su determinación.
No fue así, y fueron llevados ante el juez Wilson, que impuso una multa de 100 dólares a cada uno, y dispuso que fueran encarcelados mientras no la pagaran. Salieron a las 24 horas por orden del tribunal, que debía decidir sobre el recurso presentado. Se dice que uno de los padres amenazó con disparar contra cualquier médico que intentara vacunar a su hijo o cualquier funcionario que ordenara hacerlo.11

Pese a los intentos de afirmar la libertad de decisión personal, en el caso de Zeucht contra King el Tribunal Supremo de Estados Unidos decidió que los estados tienen derecho a ejercer «la fuerza policial» para obligar a vacunarse. El tribunal afirmó que la protección de la «salud pública» se antepone a cualquier consideración de decisión o libertad personales.12

Se continuó obligando a vacunarse a las personas a pesar de las objeciones de los médicos, los muchos problemas que planteaba al sistema escolar y que muchas personas enfermaban de gravedad.

Patterson (Nueva Jersey), 27 de marzo de 1906:

Por esta orden, todos los alumnos y maestros de las escuelas públicas y parroquiales, unas 300.000 personas en total, tuvieron que someterse a la vacunación.
Muchos médicos de los profesores y los alumnos se negaron a dejar que sus pacientes fueran revacunados, lo cual supuso la expulsión de veinte maestros y varios cientos de alumnos. Al desconcierto provocado por la Comisión de Educación se suma que muchos de los vacunados han enfermado de gravedad. Los médicos calculan que, antes de que termine la campaña, más de 150 personas quedarán incapacitadas.13

A veces se producían violentos enfrentamientos cuando alguien se negaba a ser vacunado. En este funesto caso, no solo murió un policía, sino que, paradójicamente, la persona a la que la vacuna debía «proteger» fue perseguida, recibió un tiro y, probablemente, falleció.

Macon (Georgia), 23 de diciembre de 1904:

Al negarse a someterse a la vacunación en Sandersville, Boss Garret disparó hoy contra el oficial especial Gideon Mathews y lo mató. Garrett huyó, pero una patrulla bien pertrechada de ciudadanos empezó a perseguirlo de inmediato. Alcanzaron al fugitivo a una milla al norte de la ciudad. Intentó seguir huyendo, y fue herido en el muslo de un tiro del concejal Marshall Wilson, arrestado y encerrado en la cárcel del condado. Garrett también sufrió una grave herida en el costado izquierdo, infligida por el oficial especial Mathews. Se cree que no vivirá.14

Los viejos castigos por negarse a la vacunación eran terribles. Es imposible saber por un artículo de The New York Times si este soldado objetó a ser vacunado por su creencia en la libertad de decisión, por motivos de salud o por otras razones. Es evidente que pagó el alto precio de 15 años en una cárcel militar de Fort Leavenworth, donde probablemente realizó trabajos forzados. Con tan severa sentencia, es obvio que el Estado ponía a este hombre de ejemplo.

Camp Dodge (Iowa), 1 de mayo de 1918:

Elmer N. Olson, de Goodrich (Minnesota), soldado de este batallón de instrucción, se negó a someterse a la vacunación. Fue juzgado por un tribunal militar y condenado a quince años en los barracones correccionales de Fort
Leavenworth.15

Eugenesia y vacunación

Los eugenistas creían que se podía mejorar la sociedad con el control de la composición genética, eliminando los elementos «disgénicos» o indeseables. Disgénicos, en términos médicos, es el desarrollo defectuoso de una parte del cuerpo durante su vida intrauterina, que será causa de malformaciones.
Para los eugenistas el desarrollo de los servicios médicos y sociales se tradujo en la preservación de cientos de miles de personas disgénicas que en siglos anteriores hubieran sucumbido en la lucha por la vida. Al mismo tiempo, en las guerras mueren periódicamente millones de los jóvenes mejor dotados. La consecuencia es una selección negativa que, en última instancia, ha de derivar en el deterioro de la raza.

Francis Galton fundó el Laboratorio Eugenésico de Londres en el año 1904. – https://www.english-heritage.org.uk/visit/blue-plaques/blue-plaque-stories/eugenics/

Algunos pensaban que la esterilización obligatoria basada en la eugenesia era similar a la vacunación obligatoria, en el sentido de que se basaba en la idea de que el «bien» societal estaba por encima de cualquier libertad u opinión. En 1928, el doctor Suren H. Babington escribía en California and Western Medicine:

La esterilización de los enfermos mentales hace posible reducir su cantidad, que no deja de ir en aumento. Desde los puntos de vista científico y humanitario, la esterilización es uno de los mejores medios no solo para mejorar la raza humana y proteger su bienestar, sino también para disminuir el número de desgraciados que nacen para sufrir intensamente toda su vida por fallos de los que no son culpables.17

Si las personas consideradas «imbéciles» se podían reproducir, el Estado intervenía imponiéndoles la esterilización. La ciencia de la época decía que los «defectos» mentales eran indeseables y, por consiguiente, el Estado tenía la obligación de emprender cualquier acción para impedir la propagación de esos genes defectuosos. La esterilización obligatoria se justificaba por la creencia en que la «raza humana» realmente podía mejorar con la eliminación de los llamados genes defectuosos. Todo ello iba envuelto en un paño de supuesta legitimidad científica.
La idea de impedir que los «no capacitados» tuvieran hijos nació de la psiquiatría.

En 1886, August Ford, el psiquiatra suizo, esterilizó a una mujer que padecía una neurosis sexual. En 1892 castró a personas por razones puramente eugenésicas.18

En 1922, el doctor Harold Gosline decía en el American Journal of Psychiatry que pensaba que la eugenesia sería fundamental para eliminar la enfermedad mental e incidir positivamente en la pobreza, la delincuencia y el crimen.

Quisiera reiterar que podemos esperar razonablemente que el trabajo rutinario de laboratorio pueda impedir la enfermedad y el defecto mentales. Los laboratorios de los hospitales del Estado son las herramientas más tangibles puestas en manos de la higiene mental con este fin, y con el tiempo prestarán el mismo servicio que el hospital general y los laboratorios de investigación han prestado a la salud pública, de la que la higiene mental es una rama.
Creo que las medidas de salud pública y de eugenesia conseguirán erradicar en gran medida la enfermedad y el defecto mentales, y sus derivaciones de pobreza, crimen y delincuencia…19

La Sociedad Estadounidense de Eugenesia presenta una exhibición sobre salud y eugenesia en la Feria de Kansas en 1929. Años antes de que los líderes nazis hablaran sobre la creación de una raza maestra, los estadounidenses intentaron crear una mejor y más blanca. https://edition.cnn.com/2018/10/16/us/eugenics-craze-america-pbs/index.html

El doctor Suren H. Babington, desde el punto de vista de la psiquiatría, consideraba que los «defectuosos mentales» eran «insanos». Pensaba que eran un peligro para la «mejora de la raza» porque, si no se les controlaba, seguirían teniendo hijos defectuosos.

Esperamos que llegue el tiempo en que esterilicemos también a estos defectuosos mentales… Desde el punto de vista de la psiquiatría, también son «insanos», y una amenaza para la mejora de la raza, porque siguen propagando en grandes cantidades su propia especie.20

En 1910, C. B. Davenport de la Carnegie Institution de Washington y director de Experimental Evolution publicó La eugenesia: la ciencia de la mejora humana mediante una mejor reproducción. Decía:

Dos padres subnormales, sean parientes o no, solo tienen hijos subnormales… Me consta que no ha habido ningún caso de dos padres subnormales que hayan tenido un hijo normal. Tan cierto y definitivo es el resultado del matrimonio de dos subnormales, y tan desastrosa es la reproducción por un subnormal en cualquier circunstancia, que es una desgracia de gran magnitud que miles de los niños que todos los años nacen de padres subnormales en este país reemplacen y probablemente más que reemplacen a los muertos de un ejército de unos 150.000 individuos defectuosos que este país soporta. El país se debe a sí mismo, por cuestiones de autoconservación, que todo subnormal en edad de reproducirse sea limitado para que no se pueda reproducir. Si no se consigue de otro modo, es necesaria la esterilización; cuando está amenazada la vida del Estado, se pueden y se deben tomar medidas drásticas.21

Los eugenistas pensaban que la eugenesia era una noble forma de patriotismo y un medio para mejorar la raza humana con la selección genética para impedir la proliferación de «delincuentes» y «defectuosos». En 1922, el doctor Harry H. Laughlin, asociado de eugenesia del Laboratorio Psicopático de la Corte Municipal de Chicago y director de eugenesia de la Carnegie Institution de Washington, escribió La esterilización eugenésica en Estados Unidos. Decía:

La eugenesia batalla contra las fuerzas que propician el deterioro racial, y a favor de la mejora y el vigor, la inteligencia y el carácter moral de la raza humana. Representa la más alta forma de patriotismo y humanitarismo, y al mismo tiempo reporta beneficios inmediatos, a nosotros mismos y a nuestros hijos. Con medidas eugenésicas,
por ejemplo, podemos reducir nuestra carga impositiva, porque disminuye el número de degenerados, delincuentes y defectuosos que viven en instituciones públicas; esas medidas también levantan mayores barreras contra los crímenes cometidos en contra nuestra y de nuestras propiedades.22

En un caso representativo de 1926, Buck contra Bell, el Tribunal Supremo de Estados Unidos, por decisión de 8 a 1, legitimó las leyes de esterilización de Virginia. Estas avalaban la tesis de que el interés de los estados por una estirpe genética «pura» estaba por encima del interés de la persona. El juez Oliver Wendell Holmes Jr., en su opinión sobre la esterilización, invocaba la vacunación obligatoria para justificar el veredicto.

Es mejor para todo el mundo que, en lugar de esperar a ejecutar a un hijo degenerado por un crimen o dejar que muera de hambre por su imbecilidad, la sociedad pueda evitar que los manifiestamente ineptos se sigan reproduciendo. El principio en que se asienta la vacunación obligatoria es lo bastante amplio para abarcar también el corte de las trompas de Falopio.23

Edificio de eugenesia. Los eugenistas estadounidenses utilizaron las ferias estatales como un lugar para la educación popular y juzgaron el ‘stock humano’ para seleccionar a la familia más eugenésica en concursos como este. https://www.cshl.edu/labdish/eugenics-used-to-be-incredibly-popular-we-cant-let-that-happen-again/

Los eugenistas utilizaban la vacunación obligatoria de precedente de sus tesis sobre la esterilización para «proteger» al público. Pensaban que la vacunación protegía de la enfermedad a los individuos y al público, y la esterilización protegía a la sociedad de la «degeneración racial».

La vacunación obligatoria es análoga a la esterilización eugenésica obligatoria, en la medida en que ambas son no punitivas y ambas implican detener al individuo y someterle al tratamiento clínico… La vacunación protege a la persona de una enfermedad grave y repugnante en un futuro más inmediato; la esterilización eugénica protege a la sociedad de la degeneración racial en un futuro más remoto.24

Decenas de miles de personas que el Gobierno de Estados Unidos consideró que eran ineptas fueron esterilizadas, en su mayor parte en el Estado de California.

La Ley de Esterilización de California fue adoptada en 1909. El número total de operaciones realizadas hasta mayo de 1927 superó un poco las cinco mil, cuatro veces más, por lo que sabemos, que las realizadas en el resto del mundo en instituciones del Estado.25

Con anterioridad a 1933, varios países tenían fuerza legal para impedir que los manifiestamente ineptos procrearan, pero la esterilización se aplicó a muy menor escala. En Estados Unidos, solo habían sido esterilizadas 25.403 personas, la mayoría de ellas en California.26

Los eugenistas propusieron y forzaron leyes para esterilizar a todos los que consideraban defectuosos genéticos. Los gobiernos de los estados crearon consejos médicos para decidir quién debía ser esterilizado. Ese consejo determinaba la probabilidad de que unas personas pudieran tener hijos que heredaran la idiotez, la locura, la debilidad de mente o la predisposición al delito.27
Nueva Jersey aprobó una ley en abril de 1911 que, al igual que otras, establecía la creación de un consejo médico que debía determinar quién tenía que ser esterilizado.

… y se crea el «Consejo de Examinadores de Débiles Mentales (incluidos idiotas, subnormales y tontos), Epilépticos y otros Defectuosos», cuyo cometido será examinar el estado mental y físico de los débiles mentales, epilépticos, ciertos criminales y otros internos defectuosos…28

Sala de archivos de la Oficina de Registro de Eugenecia en 1921. Crédito: Laboratorio Cold Spring Harbor. https://www.cshl.edu/labdish/eugenics-used-to-be-incredibly-popular-we-cant-let-that-happen-again/

Harry Hamilton Laughlin fue un importante defensor de la esterilización por razones eugenésicas. Fue secretario de una comisión nombrada por la Sección de Eugenesia de la Asociación de Progenitores Americanos. Su función era «Estudiar e Informar sobre los Mejores Medios Prácticos para Detener el Plasma Germinal Defectuoso de la Población Americana». En 1932, junto con otros importantes eugenistas, asistió el Tercer Congreso Internacional de Eugenesia, que se celebró en la ciudad de Nueva York. Las exposiciones pretendían demostrar que la eugenesia era una «ciencia pura aplicada». El comandante Leonard Darwin, hijo de Charles Darwin, también expuso sus ideas en el encuentro. The New York Times informó sobre el evento.

Eugenistas de todo el mundo asistirán hoy y mañana al Tercer Congreso Internacional de Eugenesia en el Museo Americano de Historia Natural. En las reuniones generales y sectoriales se debatirán los avances en el estudio sobre la mejora física y mental del género humano… (La exposición) quiere subrayar el hecho de que la eugenesia se ocupa ante todo de la estirpe racial y familiar, de la calidad del cambio de una generación a otra. «Como ciencia pura», dice el anuncio, «la eugenesia intenta comprender las fuerzas que rigen ese cambio, mientras que como ciencia aplicada se afana en utilizar estas fuerzas para la mejora de los estirpes familiares y las razas».29

El poder absoluto del Estado se llevó a extremos aún mayores con el auge del poder nazi en las primeras décadas del siglo XX. Se calcula que, en los primeros años del régimen nazi, aproximadamente un cuarto de millón de personas fueron obligadas a esterilizarse para mejorar la «raza humana». La esterilización se aplicaba en los casos de debilidad mental hereditaria, esquizofrenia, psicosis maníaco-depresiva, epilepsia, corea de Huntington y ceguera y sordera hereditarias, y en los de malformaciones corporales transmitidas. Los llamados Consejos de Salud Hereditaria eran quienes decidían a quién había que esterilizar.
En 1936, los alemanes nombraron doctor honorario a Harry Laughlin por su trabajo sobre la esterilización eugenésica. Los alemanes aplicaron la esterilización a mayor escala, pero la idea de esterilizar a los ineptos tenía sus raíces en los países escandinavos y los Estados Unidos, cuyos cuerpos legislativos se sirvieron del precedente de la vacunación obligatoria.
Desconocida hoy para muchos, Margaret Sanger, fundadora de Paternidad Planificada, creía que la decisión reproductora personal era esencial para la «mejora racial».

Antes de que los eugenistas y otros que trabajan por la mejora puedan cumplir sus propósitos, han de allanar el camino para el Control de la Natalidad…
Personalmente, creo en la esterilización de los débiles mentales, los locos y los sifiliticos, pero no he conseguido descubrir que estas medidas sean más que superficialmente distintas cuando se aplican a la creciente corriente de ineptos… Cualquier estructura de mejora racial solo se puede asentar en una maternidad libre y autodeterminante.30

La eugenesia se aplicó a los inmigrantes. De 1892 a 1954, más de 12 millones de personas entraron en Estados Unidos por la puerta de Ellis Island del puerto de Nueva York. Al principio, el objetivo era detectar en los inmigrantes enfermedades infecciosas como la fiebre tifoidea y la viruela, pero con el paso del tiempo fue cobrando mayor importancia la identificación de los que se consideraban defectos mentales.

… a medida que se ponía de moda la eugenesia, la anormalidad mental fue adquiriendo cada vez más importancia. En esos procesos de selección, los judíos de Europa oriental eran considerados mayoritariamente inferiores:
«Los pasajeros de un barco de Nápoles muestran una inquietante frecuencia de frente caída, boca abierta, pecho hundido, rasgos débiles, cara enjuta, cráneo pequeño o protuberante y testuz lisa», comentaba el distinguido sociólogo E. A. Ross en 1914.31

Debido a los exacerbados prejuicios raciales, en 1912 se aprobó en Estados Unidos la Ley Johnson Reed, que imponía cotas de inmigración. Los defensores de la eugenesia y la teoría de la higiene racial eran apasionados valedores de la Ley. Coolidge, el trigésimo presidente de Estados Unidos, declaró:

América debe seguir siendo americana. Las leyes biológicas demuestran… que los nórdicos se deterioran cuando se mezclan con otras razas.32

En 1922, Harry Olson, Juez Decano de la Corte Municipal de Chicago, habló de su opinión legal sobre la constitucionalidad de la esterilización eugenésica. Apoyaba sin reservas la modélica legislación sobre la eugenesia que se propuso en todos los Estados Unidos. Pensaba que, mientras se realizaran las vistas orales y se siguiera el «debido procedimiento legal», los tribunales consideraran constitucionales esas leyes. Estaba firmemente convencido de la «ciencia» de la eugenesia.

Si la ciencia de la eugenesia ha avanzado tanto, como parece que ha hecho, que se puede determinar que determinados individuos están afectados por trastornos físicos, nerviosos y mentales que son hereditarios y reaparecerán en la generación siguiente o la posterior, poniendo en peligro la seguridad de la sociedad… no cabe cuestionar que la legislación contemplada en la ley modelo será una protección eficaz para las futuras generaciones… Las Naciones no solo deben defender su futuro de la degeneración racial nacida de su propio seno, sino que han de limitar la inmigración de estirpes defectuosas llegadas de otras tierras… «La Creciente Ola de Color», de Lothrop Stoddart, advierte del peligro para la raza blanca, pero ese libro de usted (Harry Laughlin) advierte a la humanidad de la amenaza que la degeneración racial supone para todas las razas: para todo el género humano.33

Las ideas nazis se consideraban exageradas, pero se seguía defendiendo la premisa de usar el poder del Estado para proteger a la sociedad más amplia de los «subnormales» y otros defectos genéticos. El historiador y escritor Henry E. Sigerist decía en 1943:

Creo que sería un gran error identificar la esterilización eugenésica solo con la ideología nazi y desechar el problema simplemente porque no nos gustan el actual régimen alemán ni sus métodos. Al fin y al cabo, fueron Estados Unidos y Suiza quienes dieron los primeros pasos, y las leyes escandinavas son tan estrictas como las alemanas. El problema es grave y agudo, y antes o después tendremos que prestarle atención.34

Los diferentes estados promulgaron leyes que otorgaban mucho poder a un reducido grupo de «expertos» médicos que determinaban si, en su opinión, una persona era genéticamente «apta».
El régimen nazi alemán llevó la idea de la esterilización de los «disgénicos » a una lacerante conclusión. El horripilante impacto de la cobertura visual y de los medios de comunicación sobre los campos del Holocausto de los nazis al final de la Segunda Guerra Mundial acabó por desbancar la eugenesia como práctica aceptada.35

En Estados Unidos, la eugenesia al final perdió la aceptación científica y el apoyo de la gente. Nuevos descubrimientos científicos propiciaron el rechazo de los resultados de la investigación eugenésica. Además, lo ocurrido en la Alemania nazi en la década de 1930, y la estrecha colaboración entre los eugenistas americanos y alemanes, dañaron gravemente la imagen del movimiento eugenésico americano, y la revelación de los crímenes nazis en la década de 1940 desacreditó por completó las teorías eugenésicas.36

Se desvaneció el estricto control del Estado, pero solo después de que durante décadas muchas personas vivieran aterrorizadas. Al salir a la luz las atrocidades de la Segunda Guerra Mundial, las acciones eugenésicas y opresoras emprendidas por los gobiernos en aras del «bien público» perdieron el apoyo popular, y su historia se esfumó rápidamente de la memoria colectiva. En Inglaterra, la vacunación obligatoria acabó bruscamente en 1948, poco después de concluir la Segunda Guerra Mundial.

El año 1948 será siempre recordado en la historia de la vacunación de este país como testigo del final de la vacunación obligatoria de los bebés, una medida que ha sido objeto de agudas y amargas polémicas durante muchos años. Si se tiene en cuenta la gran importancia que se dio a la vacunación universal de los niños como nuestra «primera línea de defensa», y la firme creencia en que esta solo se podía asegurar mediante la obligación, sorprende que la propuesta de abolir la obligatoriedad no tuviera más adversarios. Al final la oposición era casi desdeñable.37

Conclusión

La comunidad médica y los gobiernos han ignorado hasta hoy el éxito de Leicester. Prefieren persistir no solo en su creencia en la vacunación, sino en la necesidad de obligar a las personas a vacunarse sin tener en cuenta los argumentos sobre seguridad y libertad personales. Tal vez la razón más importante para estudiar la historia es para que nunca se repitan las peores cosas. Gobiernos y empresas (fabricantes de vacunas e inyecciones) nos privan hoy de decidir qué se ha de inyectar en nuestro cuerpo. La desaparición de las exenciones por motivos religiosos parecía imposible en su día, pero la vehemencia de los partidarios de la vacuna y su religión civil actúa con eficacia para eliminar todas las exenciones a las vacunas. ¿Qué será lo siguiente?

Ir a Parte 1: La historia real sobre la vacuna de la viruela

Ir a Parte 2: Vacuna de la Viruela, vacunas contaminadas…

Ir a Parte 3: La historia real sobre la vacuna de la viruela 1ra. manifestación en 1885 – Parte 3

Ver como han camuflado este tema con las vacunas e inyecciones en la actualidad:

Toda la información ha sido extractada de Desvaneciendo Ilusiones sobre sus autores: La doctora Suzanne Humphries obtuvo el título de graduada en Medicina en 1993 en la Temple University de Filadelfia (Pensilvania), y posteriormente se especializó en medicina interna y nefrología. Ha impartido clases a estudiantes, residentes y posgraduados de medicina, y ha sido profesora adjunta del campus clínico de la Robert Wood Johnson Medical School de Camden (Nueva Jersey). Además, ha tenido consulta privada en un gran hospital universitario de Maine durante 10 años. En 2011, decidió dar un giro a su profesión, y hoy se dedica a asesorar sobre medicina holística, sigue investigando muchos aspectos de la práctica médica, y escribe sobre los problemas de la vacunación. Su web es https://dissolvingillusions.com/ – Roman Bystrianyk lleva más de 15 años estudiando la historia de las enfermedades y las vacunas. Posee amplios conocimientos sobre salud y nutrición, y es diplomado en Ingeniería y graduado en Ciencias Informáticas.

  1. Noel A. Humphries, «English Vaccination and Small-Pox Statistics, with Special
    Reference to the Report of the Royal Commission, and to Recent Small-Pox Epidemics», Journal
    of the Royal Statistical Society, septiembre 1897, p. 558.
  2. «Vaccination Before Prison, Atlanta Woman Submits Rather Than Spend 25 Days in Jail», The New York Times, diciembre 18, 1897.
  3. «Fighting Smallpox in Boston, 125 Surgeons, Accompanied by Policemen, Vaccinated 15,000 Persons Yesterday», The New York Times, 27 de enero, 1902.
  4. «A Professor Sent to Jail», The New York Times, 19 de marzo, 1903.
  5. «Factory Girl’s Resistance, American Tobacco Company’s Employees’ Fight Against Compulsory Vaccination», The New York Times, 12 de abril, 1901.
  6. «Miners Resist Vaccination, Sheriff and Party of Officers Aid Physicians in Enforcing the Law in South Dakota», The New York Times, 25 de abril, 1902.
  7. «French Against English, A Riot in Montreal Caused by Compulsory Vaccination», The New York Times, 29 de septiembre, 1885.
  8. «Teacher Must Be Vaccinated, Court Sustains Philadelphia Board in Suspending Woman Who Refused», The New York Times, 15 de noviembre, 1901.
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