jueves , 25 abril 2024

Prevención sencilla y segura con lavados nasales con o beta-povidona

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Por Karina Acevedo Whitehouse

En el hemisferio norte estan justo en época de infecciones respiratorias asociadas a virus y bacterias. Así ha sido desde que comenzaron a registrarse padecimientos – no tiene nada de especial, y en la mayor parte de los casos no tiene una relevancia clínica ni poblacional (por supuesto, como con cualquier proceso infeccioso, puede haber personas más susceptibles o que, por su estado inmune, sean más vulnerables, pero en general no suelen ser enfermedades graves para la mayoría de la población).

Dr. Peter McCullough, lavados nasales y enjuagues bucales con yodo-povidona, beta povidona https://www.bitchute.com/video/jlfHtebbMUjE/

El asunto es que aquello que previo a COVID-19 no causaba preocupación general, ni era considerado más allá de un “resfrio” (unos tres a cinco días con estornudos, tos y malestar general), ahora es visto – por muchos – como señal de que tienen COVID-19. Son tan amplios los signos y síntomas reportados que acaba siendo “fácil” asociar cualquier manifestación de enfermedad, por leve que sea, a este padecimiento, aun sin tener evidencia sólida de que lo sea (por otro lado, aunque lo fuera, se trata de un virus con más de un 99.8% de supervivencia (en algunos grupos de edad hablamos de un virus con un 99.9998% de supervivencia).

Infection fatality rate of COVID-19 in community-dwelling populations https://www.medrxiv.org/content/10.1101/2021.07.08.21260210v1

Entonces, con la idea de que cualquier tos o pérdida de olfato (que tampoco es único como síntoma de COVID-19) se trata de esa enfermedad, entonces es fácil que persista el miedo en muchas personas. Miedo a ver seres amados e infectarse de SARS-CoV-2, miedo a enfermarse, miedo a que si se enferman morirán. Piénsenlo ustedes: si tres a cinco días después de haber estado en una reunión familiar despertaran con tos, cuerpo cansado, y un poquito de temperatura elevada (37.5 grados centígrados, digamos) ¿no cruzaría por su mente “ya me dio COVID-19? Ahora piensen cuál hubiera sido su reacción en el 2019 o en el 2018 con ese mismo cuadro clínico.

Una forma de evitar el miedo es con el conocimiento, y otro es con soluciones prácticas que nos regresen un poco más de control sobre la situación. En el siguiente vídeo que comparto con ustedes verán un pequeño segmento de una entrevista, realizada recientemente por Art Moore (editor de noticias de WND) al Dr. Peter McCullough. El segmento fue traducido y subtitulado para ustedes por el equipo de Akasha Comunidad. En este segmento de la entrevista el Dr. McCullough explica la relevancia que tiene el hacer lavados nasales con yodo-povidona (también conocido como beta-povidona) como método para prevenir la infección por SARS-CoV-2 en el epitelio respiratorio superior. En realidad, este método se ha usado desde hace décadas por otorrinolaringólogos, para evitar infecciones virales y bacterianas que colonizan el tracto respiratorio superior. Es un método seguro, muy económico, y por su acción, disminuirá considerablemente el número de infecciones respiratorias. Recuerden que existen pocas células con los receptores ACE2 en el tracto respiratorio superior (en el canal he compartido diversos estudios al respecto), y aunque sí puede llegar a haber replicación del virus en algunas partes del tracto respiratorio, los signos clínicos (moderados a graves) del COVID-19 en realidad son ocasionados por las respuestas inflamatorias exacerbadas y desreguladas. Sin embargo, al haber menos infecciones que causan signos clínicos que pueden ser confundidos con el cuadro de COVID-19, entonces habrá menos miedo, menos necesidad de ir al médico preocupados de que tuvieran ese cuadro, etc.

Verán en el vídeo que el Dr. McCullough indica que, para él, uno de los descubrimientos más importantes sobre COVID-19 en el 2021 fueron los lavados nasales y enjuagues bucales con yodo-povidona como método preventivo y tratamiento temprano. Hay varios estudios que demuestran que, efectivamente, es un método muy bueno. Por ejemplo, en este estudio (https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/33464122/) ya se hablaba de que a inicios de año se estaban llevando a cabo estudios clínicos del uso de lavados antisépticos dados los resultados in vitro y preclínicos (que lograban disminuir la carga viral de SARS-CoV-2 1.000 a 10.000 veces en 15 a 30 segundos de exposición al antiséptico. Por ejemplo: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/32940656/https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/32511395/).

En abril, ya se sabía que efectivamente inactivaban el virus a concentraciones comúnmente usadas como antisépticos por dentistas y otorrinolaringólos cuando se mantenían los lavados y enjuagues bucales por 60 segundos (https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/32951446/)…

No es trivial su impacto. Incluso se reportó un estudio de caso en el cual una paciente de 70 años, quien dio positiva a SARS-CoV-2 en la prueba de PCR quien tenía un cuadro clínico (astenia, fiebre de 38 grados centígrados, dolor de cabeza intenso y tos seca) que requirió mantenerse en cama, se recuperó por completo en solo tres días de lavados nasales con una solución de yodo-povidona al 1% en cada fosa nasal y la realización de gárgaras durante 60 segundos dos veces al día. La mejoría de la temperatura fue evidente en menos de 24 horas y en 48 horas solamente tenía la tos, que desapareció al 3er día (https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/34258894/).

Antes de que puedan escucharse voces que cuestionan (sensatamente) por la seguridad del producto, como les decía, se usa desde hace décadas, pero incluso ya se evaluó su seguridad (https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/32520599/): “puede usarse para lavados nasales a concentraciones de hasta 1.25% [idealmente 0.5%;  https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/32574894/] y en la boca a concentraciones de hasta 2.5% hasta por 5 meses”. También se sabe que en un estudio realizado con casi 7.000 pacientes “No ocasiona ninguna alteración del gusto, manchado de dientes o piel de la nariz ni irritación nasal y no se detectaron reacciones adversas ni reacciones serias con el uso de yodo-povidona 0.5%” (https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/33440251/). Un estudio reciente realizado en California mostró que es seguro su uso continuo por más de 30 días (https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/34724213/).

El Dr. McCullough indica en el vídeo que para preparar la solución de yodo-povidona al 0.5% (nombre comercial en México: Isodine bucofaríngeo), pongan unas gotas en un vaso pequeñito (tipo tequilero) y luego llenen lo demás con agua potabilizada (limpia, como para beberla, o estéril si desean). Debe verse del color de un té negro. Si quieren hacerlo más preciso, van a tener que hacer una regla de tres: En 500 ml de agua limpia y potable pongan 2.5 ml (compren una jeringa de 3 o de 5 ml para esto) y tengan preparado este frasco en un sitio donde no le de la luz. Les servirá para muchos lavados.

Anexo a este mensaje está el segmento del vídeo. Además, en esta liga pueden leer un poco acerca de cómo hacer correctamente el lavado nasal. Si no tienen el aparato para los lavados (el “Neti”) pueden usar también jeringa (sin aguja, evidentemente) o botella de lavado: https://www.eldiario.es/consumoclaro/cuidarse/realizar-lavado-nasal-forma-eficaz_1_1601504.html  Lo importante es que hagan, una por una, las dos fosas y que respiren por la boca, no por la nariz mientras lo hacen.

Así que, si les interesa, pueden llevar a cabo lavados nasales una o dos veces al día durante esta época de frío en la que siempre ha habido virus y bacterias respiratorias que se transmiten fácilmente entre personas. Su salud nasal mejorará, y tal vez – tal vez – entre lavado y lavado de fosas nasales, el miedo comience a desaparecer también.

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