Las inyecciones de Pfizer contra Covid administradas a ratas de laboratorio durante el embarazo, causan en sus crias síntomas similares al autismo.

Literatura revisada por pares han sugerido que el síndrome de taquicardia postural ortostática (POTS) puede ocurrir o se exacerba después de la vacunación con ARN.

Los datos muestran un aumento del 50% en las muertes de bebés entre 2 y 6 días de vida respecto de lo que se espera, el aumento coincide con la introducción de Beyfortus.

Técnica que permite detectar la proteína spike o espiga de las inyecciones K0B1T en sangre y otros líquidos del organismo, Cromatografía HPLC.

Las personas afectadas con miocarditis y pericarditis causadas por las inyecciones contra K0 B1T, todavía sufren síntomas meses después de la enfermedad.

Estudios muestran una conexión entre la “hipervacunación” de niños, las altas tasas de autismo y las personas que se someten a una cirugía transgénero.

Según el estudio, los niños vacunados tenían más probabilidades de haber sido sometidos a cuidados intensivos, necesitar oxígeno suplementario o morir.

El ARNm como la proteína pico o Spike de la inyección contra Ko B1T funcionan dentro de las células humanas para provocar cambios que resultan en la oncogénesis.

El ADN de algunos sujetos vacunados estaba alterado y contenía genes que solo podían provenir de la inyección Pfizer contra K0 B1T.

Es posible que las proteínas pico o spike producidas en el entorno humano estén formando amiloides pudiendo inducir neurodegeneración y otras patologías.