Maternal immune activation: Implications for neuropsychiatric disorders
Science 19 Aug 2016:
Vol. 353, Issue 6301, pp. 772-777
DOI: 10.1126/science.aag3194
Myka L. Estes, A. Kimberley McAllister – Center for Neuroscience, University of California Davis, One Shields Avenue, Davis, CA 95618, USA.
La evidencia epidemiológica implica que la infección materna es un factor de riesgo para el trastorno del espectro autista y la esquizofrenia. Los modelos animales corroboran este vínculo y demuestran que la activación inmunitaria materna (MIA) por sí sola es suficiente para impartir neuropatología de por vida y conductas alteradas en la descendencia. Esta revisión describe los principios comunes revelados por estos modelos, destacando hallazgos recientes que fortalecen su relevancia para la esquizofrenia y el autismo y están comenzando a revelar los mecanismos moleculares que subyacen a los efectos de la MIA en la descendencia. También se discute el papel de MIA como un iniciador para una gama mucho más amplia de trastornos psiquiátricos y neurológicos. Finalmente, se considera la necesidad de más investigación en este campo naciente y las implicaciones para identificar y desarrollar nuevos tratamientos para individuos con mayor riesgo de trastornos neuroinmunes.
MIA como un iniciador de enfermedades.
Este esquema representa el modelo actual de cómo MIA conduce a trastornos psiquiátricos en la descendencia. La infección conduce a la liberación de citocinas proinflamatorias y a la activación de células TH17 en el torrente sanguíneo de la madre. Una combinación de antecedentes genéticos, estado autoinmune y otros suscesos durante la infancia y la adolescencia se combina con las consecuencias de la infección materna para aumentar la probabilidad de que los hijos desarrollen trastornos psiquiátricos en la edad adulta. La asociación entre la infección materna y los trastornos del desarrollo neurológico es de larga data.
El futuro
Si la MIA es un iniciador de la enfermedad para numerosos trastornos del SNC, como lo sugiere la creciente evidencia, entonces los modelos animales de la MIA son críticos para determinar las vías moleculares que median la neuropatología resultante y los comportamientos anormales. Aunque el campo está en su infancia, las vías convergentes recientemente identificadas ya están comenzando a servir como objetivos para el desarrollo de nuevas terapias. La señalización alterada en estas vías moleculares es específica por edad, región y género, un hallazgo crítico que ayuda a explicar las considerables diferencias individuales en la vulnerabilidad a los trastornos relacionados con la MIA. La adaptación de las terapias a las diferentes etapas de estos trastornos requiere modelos animales MIA en los que los cambios dinámicos se pueden cuantificar y relacionar con síntomas específicos. El uso efectivo de estos nuevos tratamientos en humanos dependerá en gran parte de nuevos enfoques, aún no descubiertos, para identificar a las personas en riesgo. Los modelos MIA ya están descubriendo factores de riesgo genéticos y ambientales sinérgicos que ayudarán a definir estas poblaciones. El objetivo final, que ahora está a la vista, es utilizar nuevas intervenciones terapéuticas antes de que aparezcan los síntomas deletéreos, disminuyendo la incidencia o incluso evitando la aparición de enfermedades psiquiátricas inmunomediadas en la edad adulta.