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La Cámara de Representantes emitió un informe de 17.000 páginas calificándolo como un «primer paso necesario para detener la militarización del Gobierno federal». El informe no abarca todas la irregularidades y fraudes en su totalidad y omite apuntar a los responsables, por otro lado ha dejado en evidencia hasta que grado se han corrompido las instituciones reguladoras de salud y otras entre otros varios crímenes.
No se trata sólo de los gobiernos, políticos electos y burócratas de carrera sino también de las agencias de inteligencia, los sistemas de armas biológicas implementados por el ejército, las agencias que realizan sus actividades bajo el manto de lo que se denomina información clasificada y las empresas contratistas de este sector.
Las comisiones de COVID-19 de los gobiernos de todo el mundo esán diciendo que sus gobiernos fracasaron porque no actuaron con la suficiente rapidez, no aplicaron confinamientos con dureza, no se comunicaron ni coordinaron lo suficientemente bien, etcétera.
En el mundo corporativo todo el mundo sabe que cuando un comité reduce todos los problemas a la “comunicación y coordinación” no están diciendo lo que realmente pasó. No hay ningún informe ni medianamente honesto sobre lo que sucedió.
También quedo demostrado como los medios de comunicación fueron totalmente controlados por el gobierno y la industria. Las pequeñas empresas fueron aplastadas.
Las empresas de alta tecnológía cooperaron en una operación masiva de censura. El sector minorista de las compañías farmacéuticas hizo cumplir los edictos del gobierno, negando a la gente medicamentos básicos, al igual que todo el sistema médico, que hizo cumplir estrictamente los mandatos sobre un producto experimental y fallido mal llamado vacuna. Los académicos guardaron silencio en gran medida y los intelectuales públicos se alinearon. La mayoría de las religiones principales cooperaron para excluir a los fieles. Los bancos y anunciantes también participaron.
Este informe: «Revisión posterior a la acción de la pandemia de Covid-19: las lecciones aprendidas y un camino a seguir», por el Subcomité Selecto sobre la Pandemia de Coronavirus reunido por la Cámara de Representantes de los EE. UU., tiene peso como evidencia ante un juicio.
Con 550 páginas con más de 2000 notas a pie de página (hemos puesto a disposición una versión física aquí), la preparación implicó escuchar a cientos de testigos, leer miles de documentos, escuchar miles de informes y entrevistas y trabajar a un ritmo frenético durante dos años. Basado en el esquema del Grupo Norfolk, al tiempo que se agrega material adicional basado en críticas a los medios de comunicación y la política económica, es una crítica integral a las características de salud pública de la respuesta a la pandemia.
La conclusión del informe: nada funcionó y todo lo que se intentó resultó en más daño del que la pandemia podría haber logrado por sí sola. En este sentido, y dadas las bajas expectativas que se tienen de todas esas comisiones políticas, todo defensor de la verdad, la honestidad y la libertad debería celebrar este informe. Este informe ha recibido muy poca atención de la prensa, lo que no hace más que subrayar el problema.
Entre las críticas se encuentran la investigación sobre la ganancia de función, la sumisión hacia la OMS, el encubrimiento de las fugas de laboratorio, la financiación de recortes de la industria farmacéutica, los cierres de empresas y escuelas, los mandatos de uso de mascarillas, la falta de una atención seria al seguimiento de las enfermedades, los mandatos de vacunación, el descuidado proceso de aprobación, el sistema de lesiones por vacunas, la prohibición de las terapias disponibles en el mercado, el distanciamiento social, el fraude desenfrenado en los préstamos a las empresas, los efectos de la política monetaria y mucho más.
En lo económico
Otra grave consecuencia de los confinamientos por COVID-19 fue el daño que causaron a la economía. A raíz de los confinamientos por COVID-19, las empresas cerraron, los trabajadores fueron despedidos y la inflación se disparó. Los confinamientos también afectaron desproporcionadamente los empleos en el sector de servicios, castigando doblemente a los trabajadores con salarios más bajos en todo el país, mientras que los sectores profesionales y comerciales pasaron al trabajo remoto. Mientras tanto, los cambios en los hábitos de consumo y las cadenas de suministro interrumpidas ayudaron a impulsar el mercado de valores y aumentar las ganancias de las grandes corporaciones y los individuos ricos. Como resultado de los confinamientos, millones de personas experimentaron nuevas y dolorosas dificultades económicas. Este informe contiene más detalles sobre la destrucción económica durante la pandemia.
En el informe se ignora la presión para desinfectar todas las cosas, las medidas para prolongar los cierres, las restricciones de capacidad doméstica, la división de la fuerza laboral entre esencial y no esencial, el papel de la la Agencia de Seguridad de Infraestructura y Ciberseguridad (CISA) y las agencias de inteligencia, la presión de los CDC para las papeletas de voto por correo que podrían haber sido decisivas en las elecciones nacionales y el fraude del los PCR y las tasas de mortalidad por infección y de casos. Hay tanto más que agregar y criticar que el informe tendría que haber sido mucho más amplio.
Sin duda, el informe tiene muchos problemas aparte de estas exclusiones. Es inconcebible que la Operación Warp Speed reciba elogios por supuestamente «salvar millones de vidas» cosa que no fue asi todo lo contrario.
El verdadero problema de esta sección no es ni siquiera su afirmación incorrecta de que la vacuna salvó vidas. La cuestión central es que el objetivo de los confinamientos y todo lo que siguió fue crear las condiciones para la aplicación de la contramedida (inyección genética). El plan desde el principio fue: confinamiento hasta la vacunación. Elogiar el objetivo mientras se critican los medios ineficaces no es coherente.
- 1) el plan siempre fue permanecer en confinamiento hasta la vacunación, y que
- 2) se creyera seriamente que los gobiernos podrían vacunar para salir de una ola de infecciones respiratorias en la medida en que el patógeno tuviera un reservorio zoonótico.
En realidad, esto nunca fue una respuesta de salud pública. Eso fue un golpe contra la ciencia y contra la democracia, con el propósito de restablecer la industrialización y la política, no solo en una nación, sino en todas las naciones a la vez. Es extraño que el Subcomité Selecto ignore esto por completo.
En ese sentido, la lista de recomendaciones del Subcomité es débil, ya que deja a los gobiernos totalmente a cargo de cualquier cosa que se etiquete como pandemia, y solo sugiere un enfoque más cauteloso que tenga en cuenta todos los costos y beneficios. Todavía se nos invita a creer que la próxima vez debemos confiar en las mismas personas e instituciones que crearon este crimen.
Censura
La introducción del informe también detalla los intentos del FBI de investigar a los padres que expresaron su oposición a las restricciones por el COVID-19 en las reuniones de la junta escolar, refiriéndose a esto como un ejemplo de un «sistema de gobierno de dos niveles».
El comité acusó a varias agencias federales, incluida la Casa Blanca, de participar en una “vasta campaña de censura contra la llamada información errónea, desinformación o malinformación” durante la administración Biden.
La administración Biden-Harris trabajó con entidades privadas, grupos sin fines de lucro, actores extranjeros y académicos para formar un “complejo industrial de censura” que censuraba el discurso que cuestionaba las narrativas oficiales, señala el informe.
El informe destacó los esfuerzos del gobierno de Estados Unidos para censurar información verdadera , las asociaciones del gobierno con universidades y agencias de inteligencia extranjeras para censurar el discurso, los esfuerzos del gobierno para acosar a medios alternativos y el intento del gobierno de controlar la inteligencia artificial para suprimir la libertad de expresión.
El subcomité dijo que el informe es “un primer paso necesario para detener el uso del gobierno federal como arma”.
Según un informe del Comité Judicial de la Cámara de Representantes de junio de 2023 , CISA, una rama del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos (DHS), trabajó con plataformas de redes sociales para censurar publicaciones que consideró desinformación, información errónea o malinformación.
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