Effectiveness of COVID-19 vaccination in children and adolescents – https://doi.org/10.1101/2024.05.20.24306810 – https://www.medrxiv.org/content/10.1101/2024.05.20.24306810v1.full.pdf
No ha habido una peor decisión como la tomada por los directores médicos (Chief Medical Officers, CMO) en septiembre de 2021 al anular el consejo del JCVI y autorizar la vacunación de los niños.
Los cuatro directores médicos, CMO implicados fueron: por Inglaterra, el profesor Christopher Whitty; Irlanda del Norte, Sir Michael McBride; Escocia, Dr. Gregor Smith; y por Gales, el Dr. Frank Atherton.
En ese entonces CienciaySaludNatural.com publicó estudios sólidos refutando a la Sociedad Argentina de Pediatría para vacunar a bebes y niños pero no hubo contestación.
La Comisión Directiva de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) hizo pública su posición respecto de la vacunación anti COVID-19 en niños y adolescentes. Pese a que la SAP se precia de ser una de las instituciones científicas de mayor antigüedad en el país ha desconcertado por la falta de sustento científico, epidemiológico y ético y por la ambigüedad de los argumentos respecto de la vacunación anti COVID-19 en niños y adolescentes.
La tasa de letalidad por infección (infection fatality rate, IFR) estimado para niños y adultos jóvenes es cercano a cero. Muchos ya tenian anticuerpos naturales que son mas efectivos que los de la inyección Covid.
0-4 años, media 0,003%,
5 -9 años, media 0,001%,
10-14 años, media 0,001%,
15-19 años, media 0,003%,
20-24 años, media 0,006%.
Un nuevo artículo de la Universidad de Oxford, que con la aprobación del NHS de Inglaterra utilizó la base de datos OpenSAFELY-TPP para estudiar el efecto de la inyección de Pfizer-BioNTech Covid en más de un millón de niños de entre 5 y 15 años, nos permite evaluar esta decisión.
La propaganda en ese momento era «confiar en la ciencia», «confiar en los científicos». El informe de Oxford comparó grandes grupos de niños en términos de ubicación, origen étnico y factores socioeconómicos y de salud, y luego analizó los diversos resultados de salud.
La buena noticia es que no hubo muertes por Covid en ninguno de los grupos estudiados. Ningún niño no vacunado murió de Covid ni ningún niño vacunado. Entonces, queda claro que la vacunación no fue un salvavidas.
El artículo incluye algunos gráficos, el gráfico superior muestra que después de 20 semanas, tantos adolescentes vacunados como no vacunados habían dado positivo por Covid. La vacunación no hizo nada para prevenir la infección.
Puede haber factores de confusión (como condiciones de salud previas que los investigadores no han tenido en cuenta), pero parecería que por cada 20.000 adolescentes vacunados, uno de ellos evitó una visita a urgencias relacionada con Covid. Dos niños vacunados por cada 10.000 vacunados realizaron una visita a Urgencias relacionada con Covid en comparación con 2,5 niños no vacunados por cada 10.000.
Mientras que cuatro de cada 10.000 niños no vacunados tuvieron una estancia hospitalaria relacionada con el Covid, sólo tres niños vacunados de cada 10.000 fueron internados en el hospital. En otras palabras, se evitó una estancia hospitalaria por cada 10.000 niños vacunados. En varias etapas durante la «pandemia», la mayoría de las admisiones hospitalarias por Covid fueron de personas que ya eran pacientes en el hospital, simplemente pasaron de una sala sin Covid a otra. una sala de Covid.
Entonces esos fueron los supuestos beneficios. ¿Qué pasa con el precio que pagamos para evitar la visita de urgencia de 1 entre 20.000 y la estancia hospitalaria de 1 entre 10.000?
De los niños vacunados, nueve contrajeron miocarditis o pericarditis lo suficientemente grave como para visitar el hospital. Esto resultó en aproximadamente uno de cada 25.000 niños vacunados. Por supuesto, no sabemos cuántos de los niños vacunados contrajeron miocarditis o pericarditis pero no buscaron asistencia hospitalaria y no sabemos las consecuencias a largo plazo, si las hubo, para los casos subclínicos de miocarditis y pericarditis.
Entre los no vacunados, no se registraron casos de miocarditis o pericarditis. En términos generales, por cada niño que se salvó de una visita al hospital debido a Covid, ¡otro buscó tratamiento por daño cardíaco!
Aparte de los casos de miocarditis y pericarditis, veamos si podemos identificar otras desventajas de la decisión de «los expertos» de vacunar a los niños.
Quizás los más fáciles de identificar sean los costos financieros. Según un informe de la NAO (Oficina Nacional de Auditoría) , se gastaron una media de £64 por dosis de vacuna administrada. Esto significa que para evitar una visita adicional a Urgencias se pagó £1.280.000 del dinero de los contribuyentes.
Para evitar la única hospitalización adicional por Covid, el contribuyente gastó 640.000 libras esterlinas. Recuerde, esto no fue para salvar una vida: no hubo muertes entre los vacunados y no vacunados. No, este dinero se gastó sólo para evitar una sola visita al hospital o una sola estadía en el hospital.
Millones de dosis de inyecciones entregadas a £64 la inyección. Si estuviéramos decididos a gastar este dinero, dinero que tuvimos que pedir prestado, ¿podría haber habido un tipo de gasto sanitario menos eficaz en el que podríamos haberlo desperdiciado?, la ivermectina y la hidroxicloroquina fueron ocultadas y negadas como alternativas.
La falta de eficacia y el alto nivel de los eventos adversos han puesto de manifiesto que los laboratorios pertenecientes al grupo Vanguard-BlackRock del Foro Económico Mundial, no están para cuidar nuestra la salud.
El cierre de las escuelas y permitir que los niños ignoren las objeciones de los padres a la vacunación allanó el camino para la presunción general de «competencia Gillick» para los niños, lo que resultó en la reciente explosión de niños que cambian de género en la escuela sin que la escuela solicite el permiso de los padres.
Este pernicioso debilitamiento de la autoridad paterna y la primacía de los «deseos» de los niños también alimenta los argumentos del decadente Nuevo Orden. Si un niño de 12 años puede anular a sus padres con respecto al tratamiento de salud y al género, es un gran paso para lentamente ir quitando la patria potestad a laos padres.
La decisión de «los expertos» de aprobar la distribución de las inyecciones a los niños no produjo ningún beneficio discernible para los niños involucrados ni para la sociedad en general. Los costos fueron astronómicos tanto desde el punto de vista financiero como, quizás lo más importante, para el papel de los niños en la sociedad y la familia. Dudo que eso suceda alguna vez, pero en algún momento creo que se debería exigir que estos poseudo expertos sean llevados ante la justicia legitima.
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