Por el Dr. Eduardo Ángel Yahbes
“Se nos olvida a menudo a los constitucionalistas lo que no escapó a nuestros Constituyentes: la piedra angular de todo derecho es la Constitución, así como la piedra angular del derecho es el derecho natural, y la piedra angular del derecho natural es aquella luz inscripta en el corazón del hombre por Dios”.
Tribunal de Ley Natural Universal
Antecedentes de la OMS.
En la década del 80 durante la presidencia del señor Raúl Alfonsín el centro de zoonosis (CEPANZO), organismo dependiente de la OMS/OPS (Organización Panamericana de la Salud) realizó ensayos secretos de una vacuna recombinante viruela/rabia. Ello generó contaminaciones en el personal a cargo de los vacunos en los que se ensayó. Este hecho fue judicializado en 1986 y publicado en diversos medios y también por Mario Borini y Gabriel Andrés Eilers y otros.
Recordemos que en 2009 se pretendió establecer una pandemia de gripe aviar a través de la OMS. Fracasó por la rápida reacción de los medios y de los profesionales sanitarios. Este resultado fue útil para modificar su estrategia comunicacional a través de los medios masivos de “información”, para ser usada en esta última llamada pandemia covid.
Tenemos la evidencia del desastre sanitario generado por la política desarrollada por la OMS, en cuanto al uso de tapabocas, aislamiento, hisopados e inoculaciones, a través del incremento de enfermedad y de muerte. La Prueba en Cadena de la Polimerasa (PCR) impuesta por recomendación de la OMS para diagnóstico de covid ha sido considerada fraudulenta. Esto debido a que NO resulta efectiva para diagnóstico de virus y mucho menos de enfermedad viral, según lo manifestara el mismo Katy Mullis, desarrollador de esa técnica. Hay que tener en cuenta que quien desarrollo la misma (Profesor Drosten de Alemania) careció del “patrón de oro” que es el aislamiento del virus. Reconocido por ministerios de varios países incluido el nuestro. También reconocido por el CEO de Pfizer Albert Israel Abraham Bourla al señalar que, ante la falta de virus usaron una construcción secuenciada en el laboratorio.
Esta política llevó a generar una “epidemia de hisopados”. Para colmo desatendiendo desaprensivamente, otras patologías no covid o incluso tratándolas como covid si la prueba PCR daba positiva. Usando protocolos de tratamientos que resultaron una “masacre de estado”, principalmente los innecesarios intubamientos para conectarlos a respiradores mecánicos, como lo señalara el magistrado Angelo Georgiani ante las denuncias realizadas en el Parlamento Italiano. Rechazando otras terapias que resultaron efectivas, para justificar la autorización de emergencia de los inóculos covid de tipo experimental, inciertos, transgénicos, ineficaces, tóxicos y dañinos.
Omitiendo, ignorando, censurando o difamando otros tratamientos médicos que resultaron seguros, económicos y de acción terapéutica inmediata para revertir los síndromes COVID. Podemos mencionar algunos: Ivermectina, Hidroxicloroquina, Dióxido de cloro, Artemisa annua, Etc. Con estas fraudulentas y coercitivas campañas de inoculación experimental COVID se han violado sistemáticamente las Constituciones Nacionales de cada país y cada uno de los Acuerdos y Tratados Internacionales de DD. HH, Derechos del Paciente y de Bioética.
B.G. propone Censura total con inteligencia artificial https://www.bitchute.com/video/W29hVhDxK2w8
Impusieron cuarentenas a la población sana junto al “distanciamiento social”. Lo que implicó la imposibilidad de reunirse a las familias para celebrar el nacimiento, los cumpleaños, el casamiento, el acompañamiento a los enfermos y el velatorio de sus muertos. Bloqueando la posibilidad de realizar autopsias que podrían determinar las verdaderas causas de la muerte, como intento de ocultar las pruebas de las malas praxis realizadas, como quedó determinado por las autopsias realizadas en Italia y Alemania. También obligaron al uso de “tapabocas” con el conocido efecto nocivo tanto para la salud física como emocional y mental. Al evitar una adecuada vinculación con otros seres, aumentando la acidez del organismo y la reducción de oxígeno. A lo que se agrega la contaminación por bacterias y hongos a las pocas horas de su uso. Todo esto como se puede inferir, contrario a lo aconsejado epidemiológicamente.
Para colmo implementaron la inoculación de llamadas vacunas a través del miedo y la coacción: no viajarás, no trabajarás, no estudiarás, no producirás, no asistirás, no podrás realizar trámites de ningún tipo, matarás a tus abuelos si no te inoculas “contra el covid”. Que sabemos por las investigaciones que estos inóculos funcionan como verdaderas armas biotecnológicas, reconocido también, por expertos en el tema. Detrás de ellas está la agencia DARPA y el DOD (Defense Advanced Research Agengy/Departament of Defense). Por lo tanto, deben considerarse dentro del convenio internacional sobre Armas Biológicas y Toxínicas, lo que obliga a su destrucción de acuerdo al mismo.
En cuestiones de salud pública como estas, en donde todo lo referente a las mismas debe ser de dominio público y de público conocimiento, ¿por qué tienen que intervenir los Departamentos o Ministerios de Defensa de cada país, otorgando bajo la figura de Secreto de Estado contratos comerciales clasificados, cláusulas de confidencialidad e impunidad a favor de los gobiernos y fabricantes de estos inóculos COVID y en contra de todos los habitantes del Mundo? Este oscuro secretismo se opone a las Constituciones Nacionales, como a las leyes y reglamentaciones en cuestiones de salud y de DD.HH.
Como también a la Resolución 1/2021 de la Comisión Interamericana Derechos Humanos (CIDH), la cual depende de la Organización de los Estados Americanos (OEA) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la que depende de la OMS y esta a su vez de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Más los Tratados y Acuerdos Internacionales de DD.HH. y Derechos del Paciente y los de Bioética. ¿Se deberá a cuestiones e intereses de poder de índole económico, geopolítico y militar? De ser así como parece, entonces cabe contemplar que en todo esto se está llevando a cabo una conspiración contra la humanidad, a nivel internacional y supranacional.
Si bien en el año del comienzo de la denominada pandemia no hubo incremento en la mortalidad comparada con años anteriores, si la hubo a partir del año de la aplicación de estas inoculaciones. Siendo esta mayor a mayor número de dosis aplicadas. Es conveniente recordar que los organismos vinculados con la salud de varios países, incluido el nuestro (Argentina), se negaron a investigarla a pesar de habérselo solicitado en más de una oportunidad.
Hay que recordar que la OMS modificó hace unos años atrás la definición de pandemia. Anteriormente se tenía en cuenta la letalidad del proceso patológico. Desde su modificación solo se establece por la presencia de casos en varios países y continentes. Por supuesto incluyendo la ridiculez de los denominados “casos asintomáticos”. Es decir, SANOS. Con dichas modificaciones, a los ojos de la mercenaria OMS, cualquier proceso podría justificar una pandemia. Lo cual serviría para encubrir hasta la más tiránica, ilegal y disparatada dictadura sanitaria global.
Aparte del desastre sanitario, se generó la destrucción de empresas medianas y pequeñas, con la consiguiente baja de la producción y del empleo. Con la secuela del incremento de la pobreza y de la indigencia y de trastornos mentales. Sumado a una transferencia económica con mayor acumulación de poder nunca vista en la historia en tan poco tiempo, incluidas las colonizaciones y las guerras, desde esos sectores afectados hacia los sectores económicos concentrados, denominados habitualmente “fondos de inversión”.
Sostenimiento de la OMS
Los aportantes que sostienen a la OMS son casualmente los laboratorios farmacéuticos productores de medicamentos incluidas las vacunas. Más del 80% de los aportes económicos, corresponden a ese sector. Por lo tanto, existe un escandaloso, inaudito e inadmisible conflicto de interés vinculado a esa realidad. Esta organización responde políticamente al interés de sus aportantes. Aquí no hay ciencia, hay intereses vinculados a lo económico y a la instrumentación de las acciones que respondan a los lineamientos estratégicos de esas empresas. Las mismas dependen del poder económico, político y militar que están concentrados en los organismos trans y supranacionales. Estos organismos tienen el control de todo: tecnología de punta o de alta gama (tecnología cuántica, por ejemplo), industria bélica, alimenticia, médica, de entretenimiento, (utilizada para distraer, manipular y embrutecer aún más a las masas poblacionales), universidades, gobiernos, sistemas financieros y bancarios, jurídicos, medios masivos de comunicación, etc.
En la 77 Asamblea Mundial de la Salud realizada este año se pretende modificar el Reglamento Sanitario Internacional (RSI). Estas modificaciones implican un audaz golpe de estado a nivel internacional. Ya que implica una nueva gobernanza mundial para intervenir en todos los aspectos humanos, por la mera declaración por parte de esta organización, de una emergencia sanitaria, climática, alimenticia. De este modo no solo se viola la soberanía de los estados, sino también se violan los derechos naturales de los seres humanos en su salud y bienestar, en su dignidad, en su identidad, en su libertad, en su verdad y en sus bienes. No hace falta aclarar que si los funcionarios públicos de cada país no rechazan estas modificaciones incurren en Infame Traición a la Patria, según reconoce nuestra Constitución Nacional.
Ahora bien, los miembros de la OMS han sostenido que las recomendaciones frente a la denominad pandemia covid, fueron aceptadas y llevadas a cabo por la inmensa mayoría de quienes pertenecen a las corporaciones políticas, judiciales y médicas. Por lo tanto, son los máximos responsables de este democidio. Que por supuesto por tratarse de un plan a nivel mundial, debe denominarse humanicidio. Desentendiéndose la OMS de toda responsabilidad. Aunque en realidad sus funcionarios han sido los autores intelectuales de este des manejo sanitario.
En este punto, debemos ser muy claros y enfáticos: Que la OMS no imponga no quiere decir que esté exenta de responsabilidad alguna. El narcotraficante no obliga al adicto a que se drogue y le compre la droga, sin embargo, su crimen por el solo hecho de no “obligar”, no deja de ser tal. De igual manera ocurre con la OMS al estar “recomendando” venenos los cuales, además se están promocionando y distribuyendo bajo una falsa premisa (esta plandemia) e incluso bajo una artificial necesidad (campañas de terror mediático/sanitario). La OMS, en su supuesta especialidad en cuestiones de salud mundial, le está brindando a sus países miembros (casi todos los países y población mundial) un servicio sanitario haciéndolo a través de sus “recomendaciones”. Por tal servicio, dicha población mundial le paga a ella con sus impuestos haciéndolo a través de los políticos/gobiernos, los cuales se supone que están para representarlos velando por su seguridad (salud y vida incluida), bienestar y demás intereses.
Al igual que un paciente le paga por sus servicios médicos al médico profesional y por ende este es responsable del servicio brindado, la OMS en su gestión de asesorar, posee ABSOLUTA RESPONSABILIDAD en su función y gestión de “recomendar”. La OMS -en complicidad con sus socios (políticos y gobiernos, jueces, ministros y demás funcionarios públicos, sistema medico convencional, medios masivos de información)- con sus “recomendaciones” se ha enriquecido, nos han engañado, vulnerado nuestros derechos y violado nuestras libertades y nos han intoxicado y envenenado con estas pseudo vacunas de experimentación transgénica. Por lo tanto, a ella y a sus cómplices les cabe ser acusados y sentenciados por fraude, estafa, enriquecimiento y asociación ilícita (conspiración) y por todos los perjuicios que de dichas ilícitas acciones se desprenden, principalmente, por crímenes de Lesa Humanidad. De hecho, los principales artífices de este humanicidio, a finales del 2023 ya han sido denunciados por crímenes de Lesa Humanidad ante la Corte Internacional de la Haya. Tan solo hace falta seguir apoyando y ampliar dicha iniciativa cívico/jurídica internacional y esperar a que se realice justicia y que el bien y la verdad prevalezcan de una vez por todas, y para siempre.
Esta Organización está como vimos, al servicio de los poderes supra nacionales y sus agendas globalistas de control, sometimiento, explotación, destrucción y exterminio. Habiéndose constituido en punta de lanza para su plan reconocido de despoblación y transhumanismo (robotización) de la población supérstite y de gobernanza única mundial para constituir el Nuevo Orden Mundial (NOM). Como bien lo señalan a todo nivel.
Recordemos que quienes tienen la posibilidad de generar cambios climáticos son los mismos poderes globalistas con su denominada geoingeniería. Lo mismo que las hambrunas, a través de la privatización del agua y de la destrucción de la producción agropecuaria como está ocurriendo en muchos países, para vender su propia producción de alimentos transgénicos, sintéticos o a partir de insectos. Todo justificado en el fraude del anhídrido carbónico (CO2). Que pretenden reducirlo con esa excusa. Pero nosotros sabemos que el CO2 es el 0,04% de los gases atmosféricos y que toda la actividad humana sólo incide en el 3% de ese total. Y que el CO2 es indispensable para el desarrollo del reino vegetal, que nos provee de alimento, incluyendo el oxígeno molecular (O2).
También estamos en conocimiento de que los desastres sanitarios están favorecidos por las intoxicaciones biológicas, químicas y radiantes generados por los mismos aportantes de la OMS. Ya que los “fondos de inversión” dominan más del 90% de todas las producciones a nivel mundial.
En síntesis
Esta OMS que yo denomino Organización Mundial de Sicarios, dadas las políticas implementadas durante la denominada pandemia covid y por los antecedentes de su director, es el alma mater de la agenda 2030 y de la nueva gobernanza mundial. Tratan de destruir la divina creación. Buscan la despoblación de nuestra Tierra y el control absoluto de la humanidad, a través de un neo feudalismo tecnocrático. Es decir que estamos ante una declaración de guerra contra la humanidad. Son ellos o nosotros. Por lo tanto, no solo se tiene que rechazar ese nuevo RSI, Tratado de Pandemias y cualquier “herramienta”, artilugio o engaño técnico, jurídico, médico, sanitario que de estos se vincule o desprenda, y que pretenden imponer, sino también cada país debería desafiliarse de esa organización, que debería ser disuelta por completo. Ya que al enemigo se lo debe anular en todas sus posibilidades de acción.
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